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| Pp. Regato |
Sí, es un decir, como tantas cosas
que se hablan respecto a Don Sata. A mi manera de ver, él ha sido el personaje
más criticado, cuestionado y vilipendiado de la historia de la humanidad, sin
analizar seriamente su accionar y su aporte a la cultura mundial como sí lo
hiciera el famoso Dante Alighieri, quien describió con lujo de detalles los
dominios de Don Diablo allá en el temido infierno.
Se dice que el susodicho es poseedor
de una fortuna incalculable. Es por eso que, venciendo cualquier sectarismo
espiritual, algún feligrés o feligresa recure ante el diabólico ricachón en
busca de dinero como extrema instancia, tras haber agotado todos los recursos o
peticiones a cuanto venerado existe en el santoral. Exclama con furor sacrílego
y rebelde: - ¡Sacaré plata del culo del Diablo!
A nadie le interesa la procedencia de
semejante bola de plata que tiene a su haber Don Sata, lo cierto es que no
aparece entre los cinco personajes más ricos del mundo que publican con
frecuencia las revistas especializadas como Diner Club; nunca ha estado
vinculado con el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Wall Street,
Bolsa de Valores o Banco del Vaticano. Tampoco se lo ha visto involucrado en
los tres más grandes negocios del mundo, a saber: tráfico de armas (guerras),
tráfico de drogas (DEA) y el pingüe negocio mundial de las farmacéuticas, que
dicho sea de paso son las que amamantan (pautas) a la telebasura.
El Rey del Infierno tampoco ha sido
señalado como chulquero internacional, ni chupasangre del Tercer Mundo con la
famosa deuda externa; ni con las “sucretizaciones” tipo Hurtado y Febres, ni
con los feriados bancarios, Mahuad Lasso. Son travesuras de diablos menores o
diablillos.
Y hablando de bancos, en nuestro País
hasta al General Rumiñahui lo hicieron banquero. Ese “ascenso” se lo debe al
endiablado Fidel Egas, el más fiel devoto de Mr. Belcebú y al Paquito del
Cenepa, sin menospreciar el valioso aporte del Notario de Machala.
No hay una institución bancaria o
financiera que pertenezca al señor Diablo. No hemos visto un cartel que diga:
“Cooperativa de Ahorro y Crédito Don Sata”; o una tarjeta de crédito llamada
“DiabloCard”.
Entonces el misterio persiste: ¿De
dónde pecata mea?, le preguntamos con todo respeto a don Satán. Esto no ha sido
tema del “periodismo de investigación” que suelen hacer Ecuavisa, Teleamazonas
y otritos agenciosos periodisteros y denunciólogos a la carta.
Al Rey del Averno no se le puede
acusar de ser “el hombre del maletín” que anda en sus diabluras visitando a los
legisladores para el conocido camisetazo. Tampoco de ser un “hombre acomodado”
por cuestiones del “modelo exitoso”, o del “Lleve de la Perimetral”; o por los
“gastos reservados”. O más recientemente por los pinchazos no autorizados en
las cuentas bancarias; o en los “INA papers”, o en los negociados de insumos
para la pandemia y el ilegal cobro de peaje para dejar salir a los muertitos
que se cuentan por no sé cuántos miles. Es que al Diablo nadie le va a enseñar
cómo se hacen las diabluras. Él jura por Dios que nada tuvo que ver con el
incendio en la Contraloría.
Recuérdese que Gallo Hervido quiso
explotar eso de que “Más sabe el Diablo por Viejo…”, para decir que él valía
más que la Constitución y que todo el infierno juntos. Por eso mandó al Diablo
al País nombrando a dedo a diablos y diablesas como magistrados, jueces y
fiscales. Con la satisfacción del deber cumplido se fue a seguir hirviendo en
su paila per seculá seculorum, amén.
Bueno, si el personaje infernal es
tan rico y poderoso, por qué coño guarda su fortuna en lugar tan íntimo de su
diabólica anatomía, de tal manera que se oiga decir en forma altisonante y
desafiante: -“Sacaré plata del culo del Diablo”. O sea que aquel sitio inmundo
es la fuente de mayor liquidez, hablando en términos monetarios. ¿Será por eso
que luego de tomar la guita de ese lugar asqueroso hay que proceder al lavado
de activos?. ¿Será verdad, como dicen las transnacionales, que el petróleo es
el excremento del Diablo?
Plata es plata, en efectivo, contante
y sonante; no cheques, no letras de cambio o pagarés, no transferencia online,
no acciones de la bolsa, no bonos de la deuda externa. Es que el Diablo conoce
a los banqueros como haberlos parido y por eso no confía en ellos ni un tantito
así.
Ahora Don Sata anda endiablado porque
se enteró que los vende patria ya han recibido un anticipo (mordida previa) por
la venta del ferrocarril de Alfaro; pero él se va a encargar de hacerles una
diablura justo en la “Nariz del Diablo”. Ese negociado está condenado al
infierno.
Finalmente, ante la caída del Dios
Mercado, desnudado por el Corona Virus, y ante la chirez generalizada, el
pueblo defenderá su vida y patrimonio y gritará con optimismo: -¡Sacaremos
plata del culo del Diablo!
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C. M. Mg. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
